Es el cosmético más utilizado por todos, desde los más pequeños a los más mayores y lo utilizan a diario tanto mujeres como hombres. Sin embargo, sin duda, es al que menos importancia damos a la hora de escogerlo.
En muchas ocasiones elegimos el primero que vemos en el supermercado sin considerar que, esto, puede traer consecuencias para la salud de nuestra piel.
La piel, es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, aproximadamente, ocupa unos 2 metros cuadrados y su espesor varía desde los 0,5 mm de zonas muy finas como los párpados a 4 mm en zonas gruesas como los talones, teniendo un peso de unos 5 kg aproximadamente.
Actúa como barrera protectora que aísla al organismo de las agresiones exteriores para protegerlo y al mismo tiempo lo relaciona con éste. Al medio exterior vierte sustancias de deshecho como grasa y sudor. Por ello, es por lo que debemos mantener una correcta higiene de nuestra piel, para que el proceso de secreción de estas sustancias se realice de forma normal y sana.
Si ya nos sigues de hace tiempo y eres un@ apasionad@ de la cosmética natural ya te imaginarás de qué te voy a hablar en primer lugar. Sí, de los ingredientes.
Al ser uno de los cosméticos más económicos que existen, no es de extrañar que esos grandes recipientes de litro y medio o más que encontramos en las estanterías de los supermercados a precios muy reducidos estén llenos de ingredientes sospechosos debido al bajo precio de estos.
¿Qué ingredientes evitar en un gel de ducha o baño?
- Parabenos: Conservantes químicos que están relacionados con la proliferación de algún tipo de cáncer.
- Derivados del petróleo: Parafinas, aceites minerales y otros derivados que tanto abundan en los geles de cosmética convencional, que ocluyen los poros evitando las transpiración natural dérmica y la correcta eliminación de sustancias de deshecho al exterior.
- Siliconas: Utilizadas sobretodo para aumentar la sensación de suavidad, pueden ser oclusivas y en ocasiones requieren de sulfatos agresivos para poder eliminarlas.
- Sulfatos agresivos: Los sulfatos son tensioactivos que se utilizan tanto en geles como en champús para limpiar y producir esa espuma que tanto nos gusta y sin la cual pensamos que no nos limpia bien. Su problema es que, algunos, pueden ser irritantes para la piel y producir reacciones alérgicas. Uno de los más agresivos y el que debemos evitar a toda costa es el Sodium Laureth Sulfate. Además su modo de obtención pasa por procesos químicos con sustancias poco recomendables. Existen tensioactivos suaves que se obtienen del coco, muy utilizados en cosmética natural.
- Perfumes sintéticos: En los geles de ducha y baño es muy común el uso de perfumes sintéticos. Asegúrate que los aromas de tus geles se obtienen de sustancias naturales como por ejemplo, los aceites esenciales.
¿Qué tipo de geles usar según mi tipo de piel?
A menudo, después de la ducha notamos que la piel se queda extremadamente seca. Esto puede ser debido a varios factores:
- El agua de nuestra casa es muy dura, con un alto contenido en cal, lo que hace que nuestra piel se reseque, se resienta y algunos problemas de la piel, como los derivados de la dermatitis atópica se acentúen más.
- Que nuestra piel necesita un aporte extra de hidratación o nutrición.
- El gel que usamos no es el adecuado a nuestro tipo de piel.
La piel del cuerpo se reseca con gran facilidad debido en gran parte a la ducha diaria y el uso de ciertos productos.
Gel para pieles excesivamente secas
Si tu piel está excesivamente seca, busca geles con aceites vegetales que aporten nutrición, ¡nunca aceites minerales!
Gel para piel atópica
Si tu piel es atópica, debes, en primer lugar, prestar una especial atención a la hidratación de tu piel y, para tus duchas, no utilizar agua muy caliente, de unos 33 grados como máximo y con duchas cortas.
Los geles a utilizar en este tipo de pieles son geles suaves, evitando tensioactivos agresivos y con un alto contenido en aceites vegetales que nutran la piel en profundidad e ingredientes con efectos calmantes.