Higiene personal Ecológica

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Muchas veces creemos que no usamos muchos productos cosméticos, pero solamente los productos de higiene personal que usamos a diario ya suman unos cuantos: champús, geles de baño, mascarillas o acondicionadores para el cabello, desodorantes, jabones de mano o geles íntimos son algunos ejemplos.

Teniendo en cuenta que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo deberíamos prestarle más atención y no utilizar cosméticos con ingredientes agresivos, incluidos muchas veces en marcas de higiene personal debido a su bajo coste, que provocan en numerosas ocasiones deshidratación, sequedad o reacciones alérgicas además de ser perjudiciales para el medioambiente.

Los sulfatos son unos de los ingredientes  a evitar en los productos de higiene personal, ya que son muy utilizados sobre todo en geles de baño, jabones, champús y demás productos de limpieza. Son ingredientes cuya función es la de arrastrar la suciedad pero también se llevan consigo parte del manto hidrolipídico que cubre y protege nuestra piel dejándola desprotegida frente a las agresiones externas. Como consecuencia pueden aparecer alergias, picores y reacciones indeseadas. Los más utilizados son los SLS (Sodium Lauryl Sulfate) y los SLES (Sodium Laureth Sulfate).

Otro de los ingredientes a evitar son los parabenos, conservantes utilizados por su función bactericida y fungicida que se ganaron muy mala prensa por los resultados que revelo un estudio científico en el que se encontró restos de parabenos en las biopsias realizadas a mujeres con cáncer de mama.

Entre los ingredientes a evitar en higiene personal, como en general en el resto de cosméticos, tenemos también las siliconas que podemos encontrar en prácticamente todos los productos cosméticos y en el caso de la higiene, en especial en champús y mascarillas. Las siliconas entre otros problemas forman una película alrededor de la cutícula del cabello que impide que penetren los nutrientes al interior.

A parte de estos 3 ingredientes citados existen otros muchos que podemos evitar utilizando cosméticos ecológicos o bio en los que sí encontramos ingredientes naturales como aceites vegetales o esenciales y extractos de plantas o frutales que proporcionan a nuestra piel cuidados de una forma saludable. De este modo, lo vivo trata a lo vivo.